Guardian Bells
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En EE.UU, al rededor de los años ’50 – ’60, las carreteras eran muy inseguras mientras que las motocicletas no era tan fiables como hoy en día por lo que los motociclistas enfrentaban diversos peligros como espíritus, “gremlins”, entre otros.
Cuenta la leyenda que un motociclista recibió, por parte de un amigo, una campana la cual le entregaría protección en un viaje largo que debía emprender. El amigo le dijo que la campana tenía poderes y lo protegería de los “gremlins” y otros peligros. El viajero colgó la campana en su motocicleta y desde ese día no volvió a tener problemas mecánicos, accidentes ni situaciones peligrosas.
La tradición de la Guardian Bell se ha mantenido con el paso del tiempo. La creencia en la protección de la campana y la idea de que debe ser un regalo de alguien más, y no adquirida por uno mismo, se han mantenido viva convirtiéndose en un amuleto, símbolo de amor, preocupación, amistad, compañerismo y protección en la cultura motociclista.